¿Y si El Toque dejara de tocar?

Aunque uno no comulgue con la línea editorial de El Toque, y mucho menos con los intereses políticos ocultos y no tan ocultos que existen detrás de ese medio, hay que reconocer que los responsables de la sección informativa sobre las tasas de cambio de las monedas en el mercado informal cubano se han esforzado por explicaruna y otra vez, con lujo de detalles, la metodología que aplican, consiguiendo así transmitir una imagen de rigor profesional, así como de una neutralidad política que, como bien sabemos, nunca existe de manera pura o absoluta en los actores y las relaciones sociales. De esa manera, El Toque se ha posicionado como la referencia indiscutible y única sobre la materia en cuestión, llenando el vacío que el Banco Central de Cuba (¿o la Oficina Nacional de Estadística e Información, tal vez, según se prefiera abordar el asunto?) ha sido incapaz de llenar, al menos hasta el momento.

Si ahora aparece El Dato y sus anónimos creadores pretenden competir con El Toque, lo cual en sí mismo pudiera ser un objetivo legítimo e incluso encomiable, lo mínimo que deberían hacer es esforzarse un poco para lograr un mínimo de credibilidad. Para eso, tendrían que comenzar por identificarse de manera transparente y explicar al público su metodología con un nivel técnico-profesional igual o superior al de El Toque. Mientras no hagan eso, al menos para mí, El Dato seguirá siendo solo eso, un dato más, y bastante irrelevante.

Una persona en Camagüey (digna de toda mi confianza, sin ningún tipo de activismo político y que recibe remesas) me cuenta que habitualmente consigue -y de manera muy rápida- vender sus USD por encima de la tasa diaria de El Toque. Con solo publicar su oferta, enseguida aparecen varios compradores. No creo que se trate de un caso excepcional, pues no se requiere ser un sofisticado especulador financiero o un actor político (como sí lo es El Toque como medio) para querer vender los USD por la mayor cantidad posible de CUP. Solo una persona económicamente irracional o totalmente desinformada vendería en 320 CUP lo que puede vender en 390 CUP.

Aunque no tengo cómo saber si en otras provincias cubanas sucede lo mismo que en Camagüey, sospecho que así sea, con tanta población agobiada por los extensos y frecuentes apagones (que solo ocasionalmente sentimos en La Habana), padeciendo carencias materiales de todo tipo en mayor grado que en la capital, con muy fuertes deseos de emigrar y que, por todas esas razones, pujan competitivamente por una oferta de USD cada vez más escasa.

Refiero esa anécdota para pedir respetuosamente a los entusiastas impulsores de la campaña contra El Toque que se aseguren bien del terreno que están pisando, no vaya a ser que lo único que consigan sea remover un avispero.

Si ahora mismo a los responsables de El Toque se les ocurriera hacer una pausa o detener definitivamente la publicación de las tasas de cambio, su lugar podría ser ocupado fácilmente por otros, por la sencilla razón de que los actores empresariales y los individuos necesitan ineludiblemente una referencia mínimamente creíble para realizar sus operaciones y transacciones cotidianas. Pero esos otros que sustituyan a El Toque podrían hacerlo con mucho menor recato o prurito profesional, así como con motivaciones políticas mucho más intensas, y entonces el remedio podría terminar siendo peor que la enfermedad, dado que el terreno en Cuba, objetivamente, tanto en lo económico como en lo político, está más que abonado para que pueda prender cualquier campaña a favor de una depreciación galopante y descontrolada del CUP, todavía mayor que la que ya estamos sufriendo. “Más vale malo conocido que bueno por conocer”.

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