Desde mi Arboleda

El diputado Carlos Miguel Pérez (La Habana) lo dijo alto y claro, más o menos con estas palabras: Identifíquese con nombre y apellido a cualquier MPYME que esté haciendo algo indebido. Dejen de estigmatizarlas de manera general y de crear así un estado de opinión negativo hacia un actor económico muy necesario para el futuro del país (si es que de verdad queremos tener algún futuro, acotaría yo). A lo dicho por el joven parlamentario, también agregaría la necesidad de que en Cuba respetemos tres principios universales de justicia que vienen muy bien al caso: 1) las acusaciones deben probarse, 2) la presunción de inocencia y 3) el derecho a la defensa. Esos tres principios están siendo pisoteados hoy en Cuba, a la vista de todos, en la campaña contra los nuevos actores económicos privados y cooperativos, y los medios de comunicación partidistas y estatales no están haciendo lo suficiente (para decirlo suavemente y con el mayor respeto hacia las honrosas excepciones de siempre)

Hay que decirlo y nunca cansarnos. He enviado este mensaje a la Embajada de los Estados Unidos en Cuba, en ocasión del segundo aniversario de los eventos del 11 de julio: … La verdad es que ya me tienen hasta los c… con sus mensajitos en Facebook y Twitter. La democracia y los derechos humanos en Cuba es algo que compete exclusivamente a los cubanos, preferiblemente los que vivimos aquí, que por esa sencilla razón tenemos un mayor derecho a exigir que se respeten. El gobierno de Estados Unidos no tiene absolutamente ningún derecho a hablarle a los cubanos de esos temas. Jamás le han importado verdaderamente, ni en el pasado ni en el presente, y al paso que van es muy poco probable que alguna vez le importen en el futuro. Si aspira a ser mínimamente creíble algún día, ese gobierno debería comenzar por cerrar el centro de torturas de la Base Naval de Guantánamo, ocuparse a tiempo completo de las groseras violaciones a los derechos humanos que ocurren todos los días en su propio