Rusofobia atlética

Sebastian Coe ha dicho que hubiera sido inconcebible admitir a atletas de Rusia y Bielorrusia en el Mundial de Atletismo.

Que yo sepa, a nadie se le ocurrió nunca excluir a los deportistas de Estados Unidos y del Reino Unido mientras, junto a algunos otros subalternos, sus respectivos gobiernos se dedicaban a invadir, masacrar y destruir a Irak.

Las exclusiones de deportistas rusos de las competiciones internacionales constituyen claras manifestaciones de rusofobia y de un doble rasero descarado y bochornoso. ¿Hasta cuándo se permitirá este tipo de arbitrariedades? Los deportistas no tienen absolutamente ninguna responsabilidad por las decisiones adoptadas por sus gobiernos. Los únicos perdedores con esta situación son las propias competiciones deportivas -cuyo atractivo y lucidez se reduce de manera sensible-, los atletas despojados de sus derechos y los aficionados al deporte en el mundo entero.

El imperialismo británico podría ser considerado, con justicia, como el padre de todos los imperialismos. Sus niveles de violencia y crueldad nunca fueron segundos de los de ningún otro. Invadió, saqueó y ocupó naciones a diestra y siniestra, sin que ninguna de ellas recibiera la debida reparación, con nefastas consecuencias y ejemplos que perduran hasta el presente. Si se aplicara el mismo criterio que hoy se aplica contra los deportistas rusos, los deportistas del Reino Unido tendrían que ser excluidos de todas las competiciones deportivas y para siempre.

Sebastian Coe debería callarse la boca, si tuviera un mínimo de vergüenza o pudor.

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