A Brasilia, con dolor
Viví casi cuatro años en la Brasilia y guardo entrañables recuerdos de ella. Mis dos hijos mayores, entonces muy pequeños, la pasaron de maravillas allí.
No puedo describir el horror y el amargo dolor que he sentido al ver esta tarde las imágenes de los acontecimientos en la Plaza de los Tres Poderes, transmitidas oportunamente por Telesur, y que hubieran sido inimaginables hace tan solo seis años atrás. La barbarie fascista desatada.
Necesitamos que Brasilia, la majestuosa ciudad de Juscelino Kubitschek, Lucio Costa y Oscar Niemeyer, vuelva a ser la “capital de la esperanza”.
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